Vamos a hablar de cómo medir la auditoría de SEO, ¿vale?
Primero, cuando hago una auditoría de SEO, lo primero que hago es mirar los datos. ¿Qué datos?, pues los de mi web, claro está. Me encanta usar herramientas como Google Analytics y Google Search Console. Estas son como mis gurús digitales, me dicen todo lo que necesito saber sobre quién me visita, cómo llegan a mí y qué les gusta de mi contenido.
Una vez que tengo esos datos, me sumerjo en ellos. ¿Qué páginas están atrayendo más visitantes?, ¿qué palabras clave están usando para llegar a mí?, esto me da una idea de qué está funcionando y qué podría necesitar un poco más de amor y atención.
Después de eso, me pongo a investigar a la competencia. Sí, suena un poco espía, pero es necesario. ¿Qué están haciendo ellos que yo no?, ¿qué palabras clave están usando?, esto me ayuda a entender mi lugar en el gran mundo de internet y cómo puedo mejorar mi SEO para destacar.
Y ahora viene la parte divertida: la auditoría técnica. Aquí es donde miro bajo el capó de mi sitio web. ¿Están mis metadatos en orden?, ¿mis URLs son amigables para los buscadores?, ¿mi sitio carga rápido?. Todo esto afecta mi SEO, así que tengo que asegurarme de que esté todo en orden.
Una vez que he revisado todo eso, es hora de ponerme manos a la obra. Me pongo a trabajar en las áreas que necesitan mejorar y ajusto mi estrategia de contenido si es necesario. Y lo más importante, sigo monitorizando mis datos. El SEO no es algo que se haga una vez y ya está, es un trabajo constante de optimización y seguimiento.
Así que ahí lo tienes, así es como yo mido la auditoría de SEO. Datos, investigación, análisis y acción. Es un proceso continuo, pero cuando ves esos números subiendo y tu sitio ascendiendo en los rankings, vale la pena cada minuto invertido en ello.